Mírame a los ojos, y niega que me sientes
mírame a los ojos, y finge que no me ves
mírame a los ojos y atrévete a desnudarme
sonríe con picardía, e intenta tocarme
Vi de lejos que tu mirada me desviste lentamente, sientes en tus oídos el zumbido de mi caminar, tus dedos palpitan, locos porque en un arrebato puedas tomar tu cintura, tu corazón al verme entrar en el salón, con mis piernas largas, mi vestido color púrpura, se desboco como caballo salvaje. Cálmate, soy real. Miras mi cabello, tratas de rozarme, para ver si existo, inhalas mi perfume, sientes como tus brazos se quieren volver esclavos de mí, sientes como se quieren apoderar de mi nuca, para poder atraer mi mirada hacia la tuya. Cálmate, soy real. Te llaman la atención mis zarcillos, te enloquece mi collar, porque rodea mi cuerpo, el cual tu aun no puedes besar. Miras mis pechos, que están a medio descubierto, tomas un sorbo desesperado, porque ya te están sudando las manos. Cálmate, soy real. Envidias a todo aquel que me toca, todo aquel que se roba mi aroma, miras con odio a la camarera que me trae una copa, porque tú aun no me puedes servir. Camino lentamente cerca de donde tu estas, no te miro, solo siento como tratas de reposar tu barbilla sobre mi hombro. Me invitan a bailar, y ahí estas, tratando de invadir, el territorio, que hasta ahora no se te ha permitido llegar. Me retiro de la sala, me han venido a buscar, mañana hay que trabajar, pero antes de irme, llega un chico hacia a ti, le hablas de lo que te esta pasando, la revolución que llevas por dentro, y simplemente te da una nota, y te dice. Cálmate, ella es real. Cuando el chico sale del salón te atreves a mirar la nota, que simplemente decía: Tranquilo, entra aquí, yo también te vi. Pero no podia voltear, porque me acompanaba la senora soledad.
Ega