Las sonrisas a veces se desvanecen dentro de una mascara oscura de realidad, dentro de la inocencia de las palabras, que a veces solo tratan de complacer oídos, que seguramente jamas escucharan... Viviendo con un temor inclemente, anhelando un sueño que tal vez nunca llegara... Esa cajita de sueños, es una simple caja de zapatos, que mordida por ratones, desvanece la alegría y la esperanza de que la divinidad sea lírica. Un príncipe que jamás llegue, un corsé que no toca tierra, unas alas esperando una pista para desprender vuelo, unas ganas inmensas de amar, de soltar rienda a la majestad de la corona de sonrisas que un príncipe suele desatar... Ni un rey existió, ni una duquesa se atrevió, a aceptar la realidad, de labrar un camino para una pequeña oruga, dispuesta a desafiar el mundo, por un dulce despertar... Aun es válido, conseguir y despejar este mundo de sapos que con una simple sonrisa en príncipes logre transformar. Buscando en el cielo, la estrella guía que esta ahí, desde hace unos pocos años, la oruga aun espera volver a verla, porque es la única capaz de darle la fortaleza, para que de su capullo logre escapar... Hay tantas cosas en un mundo, y mas en la cabeza de un ser, anhelando libertad... Hoy señora Soledad entre príncipes y hadas solo le pido Libertad...
Eugenia